Entrevista realizada por: Alejandro Martorell. Lic. Ciencia Política.
El reconocido
Profesor Martín Tanaka es Licenciado en Sociología por la PUCP (Pontificia
Universidad Católica del Perú). Además, Doctor en Ciencias Sociales con
especialización en Ciencia Política por Flacso (Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales) y Catedrático de Ciencia Política en la PUCP. El politólogo Tanaka
ha tenido la gentileza de acceder a esta entrevista con el propósito de
analizar elementos centrales de la realidad política nacional y algunos
aspectos de la coyuntura iberoamericana.
- ¿Cree usted que tras la muerte de Alan
García se podría producir el derrumbe definitivo del Partido Aprista? o por el
contrario, ¿cree que la clase política dirigente vinculada al APRA tiene la
capacidad suficiente para revitalizar y por consiguiente emprender esta noble
empresa de reposicionar al APRA en la discusión política impidiendo su
disolución?
Es
difícil responder esa pregunta, pero yo lo vería de esta forma. García tenía
pretensiones dentro del APRA. Por un lado, era la figura indiscutida,
despertaba pasiones y rechazos muy fuertes; y al mismo tiempo, era un referente
nacional muy claro. Su personalismo limitaba la posibilidad de renovación del Partido.
Entonces, ahora que él no está, se abre una posibilidad para que haya un
proceso de renovación, pero el Partido se queda sin su figura más emblemática.
Creo que la tarea que tienen ellos por delante es muy complicada al mantener la
vigencia del Partido en los próximos años.
La
única esperanza que tienen es distanciarse de Alan García, ya que García genera
un amplísimo rechazo en la mayoría de la población. Creo que la posibilidad de
supervivencia tiene que ver con pasar esa página y relanzar al Partido en
nuevos términos.
- Le propongo intentar hallar el fundamento
de la corrupción en la administración pública. ¿Cree usted que se debe a una deficiente
formación moral, a una inadecuada formación intelectual, a la desenfrenada
codicia de los gobernantes, a la ausencia de vergüenza de nuestros dirigentes? A su juicio, ¿Por qué la corrupción ha calado
hondo en la política, particularmente en la política peruana?
Habría
que hacer algunas distinciones. Quizás por deformación profesional sin negar
que otras variables son importantes, me inclino a pensar que el marco
institucional y la debilidad de los actores políticos son la variable
explicativa principal. En Perú ha golpeado muy fuerte la corrupción porque
tenemos instituciones muy débiles. Ahora, yo no sé si ha golpeado especialmente
al Perú, porque uno lee las confesiones que hizo Odebrecht en los Estados
Unidos y Perú no es el país donde se pagaron más coimas, pero es el país que
más implicancias han tenido estas revelaciones y creo que tiene que ver con que
los actores políticos son muy débiles y muy vulnerables; y además no hay
controles en las instituciones, la regulación es muy laxa, etc.
- En relación a los 12 proyectos de la reforma política, hay un proyecto que me llamó poderosamente la atención y es la ley del financiamiento de los Partidos Políticos por parte del Estado ¿Cuál es el criterio y el propósito superior para que el Estado financie a los Partidos Políticos?
Las organizaciones privadas tienen una función pública importantísima. Ocupan los cargos de representación política, los cargos de gestión. Creo que uno mira al mundo y en general hay una tendencia muy fuerte hacia el financiamiento público de las organizaciones políticas poniéndole límites al financiamiento privado; precisamente por lo que empezamos hablando al comienzo sobre los hechos de corrupción y la penetración de actores ilegales del narcotráfico en el financiamiento. Entonces, en medio de la precariedad de los Partidos Políticos, actores inescrupulosos pero que tienen dinero, terminan dominando la actividad política y eso hace a los Partidos muy vulnerables a la corrupción.
Entonces, la intención es darle mayor poder a los Partidos frente al poder económico. Seguirían siendo de la sociedad civil, pero con una colaboración de aportes estatales. La idea es tener una fórmula mixta.
- Marchamos hacia el glorioso bicentenario. En relación a la cultura, la educación, la salud, la infraestructura, la tecnología, la ciencia, etc. ¿Cuál es el balance que hace usted sobre nuestra Patria?
Lamentablemente el bicentenario nos está tomando en una situación complicada. Entonces, me parece que el ánimo de la sociedad está más bien alicaído y la percepción es que no hay nada que celebrar. Lo que hay es muchos problemas urgentes que atender y que la educación, la ciencia, la tecnología, es como la última prioridad. Según las encuestas la población prioriza la seguridad ciudadana, la salud, etc. Y además hay un clima de confrontación e inestabilidad política muy fuerte que hace que la agenda del bicentenario haya quedado muy descolocada.
- La siguiente pregunta se encuentra estrechamente vinculada a la anterior. Tomando en cuenta algunas reflexiones vertidas por el filósofo y diplomático peruano Alberto Wagner de Reyna sobre la cuestión del progreso. ¿Cuál cree usted que es la idea de “progreso” que tienen nuestros gobernantes
Precisamente por la debilidad de los Partidos Políticos de la que hemos estado hablando, los políticos llegan al poder sin tener demasiada idea de qué hacer con el poder. La política en nuestro pais es la disputa por el poder, pero en realidad es el poder por el poder; es decir, no es que haya ideas, programas y propuestas detrás de esta lucha. Entonces uno observa lo que los políticos ofrecieron en sus campañas y no tienen un correlato en el gobierno. No existen visiones de país.
- Le propongo abordar la realidad
iberoamericana analizando en primera instancia a Venezuela. Como una primera
aproximación, es correcto decir que cierto sector de la sociedad venezolana y
también, parte del aparato militar apoyan al régimen Chavista – Madurista.
¿Cuál cree usted que es el camino idóneo para restaurar la Democracia y así
reafirmar las libertades individuales y la transparencia institucional? ¿Será
una intervención militar?, ¿una mediación del Sumo Pontífice? Y de no
producirse estos escenarios. ¿Marcharía Venezuela hacia la guerra civil?
Has
mencionado algunas posibilidades. Yo creo que el escenario militar es absolutamente
desaconsejable, creo que sería nefasto para Venezuela y para la región. Considero
que esto tiene que surgir de las propias negociaciones que haya entre los venezolanos.
Creo que las experiencias de intervenciones militares son muy malas, y el costo
social y político en Venezuela sería altísimo.
Las
mediaciones han fracasado cuando el Papa ha intervenido o cuando el gobierno de
España ha intervenido. Entonces nos damos cuenta que en la práctica, estas
mediaciones terminaron dándole más oxígeno a Maduro antes que facilitar una
transición. Entonces creo que la unidad, la persistencia y disciplina de la
oposición es lo que debería primar. Creo que todo el frente opositor debería
plantear objetivos comunes y dar soluciones realistas a una situación que
lamentablemente como dices tú, el control de las fuerzas armadas lo tiene
Maduro. Los diferentes sectores de la oposición se dividen y cada uno juega por
su propia cuenta y la lección es que esas divisiones terminan ayudando a Maduro
de gran manera.
- Vemos que en México se está desatando un conflicto armado por el narcotráfico. Vemos que “la guerra contra las drogas” no conduce a ningún fin deseable. ¿Cuál es la postura que a su criterio, debería asumir el Perú?
Obviamente es un tema muy difícil. Hay una corriente que señala que tal como se está desarrollando la “guerra contra el narcotráfico” es una suerte de guerra perdida en vano basándose solamente en estrategias de represión. Si es que no hay esfuerzos conjuntos entre los países productores y consumidores y si es que no avanzamos en una despenalización progresiva, probablemente el asunto continúe. Evidentemente es difícil para los Estados implementarla. Yo creo que hay que buscar soluciones imaginativas, porque si no es más de lo mismo. El fracaso de las estrategias en curso demuestra que hay que buscar otro camino.
- Siguiendo con el análisis de la coyuntura
regional. La administración Macrista tiene serias dificultades en el terreno
económico y social. ¿Cree usted que el camino emprendido por la Argentina es el
correcto?
Argentina
es un caso complicadísimo. Hay un gran problema de fondo que debe resolverse de
alguna manera y es ese desbalance que hay en el corazón mismo del sistema
económico y que está atravesado por una confrontación política que también
dificulta muchísimo abordar el problema económico. Entonces si no se resuelve
esta situación, Argentina tendrá una etapa de crisis, luego una etapa de
recuperación de corto plazo para luego volver a caer y no salir de ese círculo
vicioso. El problema en el fondo es que los actores políticos no asumen que
tienen que cambiar de dinámica.
- Hablemos un poco sobre la categoría
política del populismo tomando en cuenta a uno de sus ideólogos, el filósofo
Ernesto Laclau y su relación con la realidad política concreta. El populismo es
una estrategia discursiva de construcción de la frontera política; es decir
propone la división del escenario social. En esta lógica “pueblo – antipueblo”,
el “pueblo” se convierte en el supremo representante de los intereses de la
patria y el “antipueblo”; es decir, los enemigos del cambio social, encarnan lo
putrefacto, lo corrompido, etc. Vemos que en algunas sociedades (Argentina y
Venezuela son los casos más visibles) lamentablemente rige la alta
conflictividad política y la beligerancia discursiva. ¿Cree usted que esto es
consecuencia de la metodología Laclauniana implementada deliberadamente por
algunos gobernantes?
Yo
creo que Laclau le ha dado conceptos, categorías y formas a una práctica
política que viene de mucho antes. Esa lógica de polarización y confrontación
empieza en Venezuela desde la llegada de Chávez al poder y en Argentina tiene
varias décadas. Sospecho que habría que remontarse al peronismo clásico para
encontrar el origen de ese tipo de retórica y lamentablemente eso persiste
porque funciona.
En
Perú también tenemos esa tradición política, pero Perú se ha escapado de esa
lógica porque el trauma que vivimos a finales de los 80’s, principios de los 90’s,
me parece que ha dejado marcas muy fuertes sobre la identidad colectiva. Por
eso hoy la cultura política del país es mucho más conservadora. Los electores
peruanos por lo general tienden a buscar alternativas de centro y si bien hay
espacio para alguna retórica polarizante, la mayoría busca más bien una lógica
de centro.
- Hablemos sobre la relación entre juventud
y política ¿cree que la juventud tiene una mayor tendencia al Liberalismo?
¿mira con mayor simpatía al Marxismo? ¿tiene nociones sobre lo que significa la
Doctrina Social de la Iglesia? ¿Cuál es su opinión al respecto?
Tengo
la impresión de que los jóvenes al igual que el conjunto del país, se han
dejado llevar por una tendencia muy fuerte a la anti política, al desinterés de
la política, al desinterés de lo público, la desconfianza en el ámbito
político. Entonces, esa retórica anti política y anti ideológica me parece que
permea en todos y en los jóvenes en general. Creo que la mayoría se declara
como ajena a las ideologías, salvo algunos núcleos universitarios relativamente
pequeños que llevan adelante discusiones más ideológicas y principistas.
A modo de conclusión, las reflexiones del
Profesor Tanaka conducen a pensar que es de suma importancia que, en el
Bicentenario de la República del Perú, la ciudadanía y la dirigencia política,
es decir, aquellos que se supone, como sostiene Sygmunt Bauman, “operan
profesionalmente la cosa pública”, multipliquen esfuerzos para conquistar y
consolidar una visión de país a largo plazo.
Con el propósito de lograr el tránsito de
las formulaciones teóricas a la realidad concreta, hace falta que uno de los
miembros fundamentales de la sociedad civil como los Partidos Políticos no solo
se dirijan desesperadamente hacia la conquista del poder político, sino que
tengan un fundamento teórico, ideológico y filosófico previo, que habilite la
pretensión de alcanzar dicho poder.
En relación a la juventud; muchos jóvenes han
llegado a formular el criterio de la “insignificancia de la política”, cuando en
realidad, la política representa un instrumento valioso para la transformación de
lo existente. La creciente apatía, desinterés e indiferencia que se posiciona
como conducta cotidiana en la juventud en relación a la política se debe quizás
a la mediocridad e inoperancia de la dirigencia política, unida a la ausencia
de profundas y atractivas discusiones políticas que busquen integrar a ese amplísimo sector
de la sociedad; es decir, a la juventud.